- Juan ¿me podrías resumir en pocas palabras lo que acabo de explicar?
- Pues… no me he enterado maestra, pero esta tarde vamos a jugar un partido de fútbol los de 5º contra los de 6º.
Se trata de una situación muy común en cualquier aula. Hoy en día nos encontramos en las clases con alumnos que presentan falta de atención que impide que el niño pueda centrarse en cualquier actividad que no le ofrezca un importante estímulo. Estos se acompañan de conductas impulsivas, baja tolerancia a la frustración, baja autoestima, en ocasiones problemas de conducta, agresiones, etc. y, como consecuencia, por lo general, presentan fracaso escolar.
Buena parte del rendimiento escolar depende de la concentración. La falta de atención en los estudios desemboca en un rendimiento deficiente que puede corregirse con un aprendizaje adecuado. Lo ideal es que desde pequeños los niños se acostumbren a estar concentrados en una tarea durante unos minutos; así al llegar, a la universidad, serán capaces de leer y estudiar varias horas seguidas. Para ello, será necesario ayudarles a crear un ambiente adecuado en el colegio y en casa, así como que padres y profesores les sirvan de modelos y les enseñen técnicas adecuadas de concentración.